viernes, julio 27, 2007

El Ron y Yo

Cuando yo era muy pequeño veía como los adultos bebían ron con singular alegría emulando a los bucaneros y corsarios que abrazados entre carcajadas estruendosas y muestras afectivas cantaban sin cesar.
Aprendí que había diversos tipos de ron y que estos varían en tonalidades y que su principal diferencia es que dependiendo del añejamiento sera la borrachera. No era lo mismo tomar unas copas de Bacardí Blanco acompañando una carne asada en el parque de Los Veneros que una copa globo donde reposa un trago de Bacardí Solera después de una cena formal en casa con diversos invitados.
En fin, aquel murciélago distintivo me fue acompañando durante toda mi infancia; era señal inequívoca de la llegada de mi padre a casa después de un viaje largo de negocios, cada que lo veía (al murciélago) me anticipaba como los adultos comenzarían a cantar, a reír y a bailar; así fue durante muchos años hasta que nos mudamos a la provincia y entonces ese murciélago se convirtió en algo más que simplemente adultos regocijandose. Se convirtió en una posibilidad.

Cuando comencé a tomar ron, ya en forma; curiosamente nunca fue Bacardí, aquel murciélago solamente era un recuerdo de lo felices que eramos los chiquillos corriendo con un balon en Las Estacas, en Río Frío o en la casa en Cuerna. Yo comencé a tomar Ron Corsario, un ron destilado en las mismísimas entrañas del Diablo; ahora que lo pienso, supongo que la multimencionada bebida era escupida, por todos esos piratas que flotan errantes en las aguas del Caribe, directamente en las botellas de Ron Corsario. No pondremos en evidencia la calidad de dicho caldo, simplemente me conformare con decir que cuando nos excediamos tendíamos a "devolver el estomago" (junto con nuestros sueños y hasta pedazos de nuestra alma) en un color negro como el petróleo.
No podíamos aspirar a más a los 13 y 14 años, cuando con unos cuantos pesos en la bolsa (la botella de litro costaba algo así como N$8.00) entrabamos en la vinatería de la colonia
y nos preparábamos para la libación.
Paso el tiempo y el precio del Ron Corsario subió y pasamos al Ron Contemporáneo que causaba el mismo efecto, nos embriagaba y nos hacía reír y cantar y gozar; ya eramos todos unos Bucaneros navegando por los siete mares (o los siete infiernos con la cruda de unas horas después, no lo recuerdo). En esos tiempos (95 o algo así) una botella de litro nos tardaba en acabarse varias risas, muchos litros de refresco y muchos, muchos muchachitos (más o menos de 6 en adelante) y aún así los resultados eran desastrosos; comíamos las hojas de eucalipto para que no nos descrubrieran el aroma fuerte y penetrante del ron, nos inducíamos en ocasiones el vomito y muchas otras técnicas con tal de no ser descubiertos y mantener intacto nuestro nuevo adquirido vicio.

De esos tiempos ya han pasado más de 10 años, y en algún momento del camino fue que por fin comencé a tomar Bacardí Blanco. Primero de 3/4, luego de 1lt. hasta que un día, entre asombro y miedo comenzamos a comprar "Patas". Probamos Añejo, Solera, Razz, Limón, 101º, Coco, Gran Barman (¿se acuerdan?), Silver, Ciclón, etc., hemos visto como ha cambiado la botella, la etiqueta, el precio ha subido, los tiempos han cambiado y los chamacos beben más pretenciosamente, hemos perdido neuronas y vemos como se van consumiendo esas botellas.

Al día de hoy he podido tomar muchos rones; de muchos colores, sabores, países, añejamientos. Los he maridado y hasta alguna vez hice un flameo con Baraima (NO HACER ESTO NUNCA, EL SABOR ES HORRIPILANTE).

Me gusta el ron y me fascina la facilidad de combinación del mismo. Todavía nos seguimos poniendo como Bucaneros, cantando y bailando, riendo y gozando... a fin de cuentas es el espíritu del Caribe. Recomiendo tomar Blanco con refresco del Valle, esa es una combinación ganadora.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

No mames pinche Ricardo ahora si reí como loco y me llené de melancolía al recordar semejantes acontecimientos tan despreciables pero alegres a la vez. No deberías haber mencionado esas experiencias nunca, más que entre las personas involucradas. Ahora todo mundo se va a enterar que eramos una pandilla de alcoholiquitos y que por esas razones estamos tan embrutecidos.

Sin embargo, QUE VIVA EL RON, QUE VIVA; y el Bacardí más.

Anónimo dijo...

Yo también soy cubera, me encantan las cubas con Bacardí blanco! También he probado los demás, en especial los de sabores nunca me gustaron. En fin, el mejor ron que yo he probado es venezolano, muy oscuro y añejo, dulzón y llevo ratito queriéndome acordar del nombre pero no lo logro! Es muy rico, pero aun así, prefiero el bacaché le blanc de siempre. Pero chin! ahora ya solo tomo chela :(

Anónimo dijo...

quellos tiempos tan Gloriosos, como olvidarlos

Jorge Hill dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Jorge Hill dijo...

Gracias a años de soleras, blancos, añejos y otras baratijas mi gastritis ahora es insoportable, pero mi alcoholismo siempre seguirá en pie gracias a las virtudes de la cerveza, salud!

Aunque un Ron Damón, por pura excepción obligada, sí me lo daba.

CatrinA dijo...

NO WEEE, NO ME DECEPCIONES COMO K RON CON AGUA LOCA O ALGO ASI DE DUDOSA PROCEDENCIA, NAAAH YO JAMAS LO HICE , NI LO VOLVERIA HACER JJAJAJAJAJAJAJA...SALU2