lunes, julio 30, 2007

Chica TDU

Lunes 30 de Julio 2007
9.03 am

Identificador de Llamadas del Pininfarina: riiingg!!!, riiingg!!!, riiingg!!!... 2224038525
ILLP: 1 llamada perdida

9.06 am

ILLP: riiingg!!!, riiingg!!!, riiingg!!!... 2224038525
Ricky Love: Buenos días
Mujer al Otro Lado de la Linea: Hola muy buenos días, ¿estoy hablando con Ricardo Vélez?
RL: Si, dime
MOLL: Hola mi nombre es Paola Quien Sabe que Más y soy representante de TDU. Quiero saber si estas interesado en renovar tu membresia de la tarjeta.
RL: Mmmm... ¿y cuanto cuesta eso? (mientras meditaba si realmente valía la pena hacer la inversión)
Paola QSM: (con tono y entusiasmo de vendedora) Hay dos opciones: la renovación de la que tienes por $180.00 pesos o la nueva conmemorativa del Puebla de la Franja que tiene un costo de $200.00 pesos. Esta tiene muchos beneficios en cuanto a ventas de boletos para los juegos así como otras promociones y para convivencias con el equipo.
RL: La verdad es que la otra ni siquiera la use una vez. Honestamente no me es atractiva.
Paola QSM: (con tono un tanto triste) Además ya tenemos muchos nuevos convenios tanto en la Ciudad como en otros estados.
RL: (un poco curioso por su voz y calculando que tendrá unos 24 años) Y dime Paola, alguno de los lugares en los que hay convenio, ¿te gusta?.
Paola QSM: Si!!! (llena de júbilo).
RL: Ok, no se diga más, renuevala por la del Puebla y ahora que la tenga nos vamos a tomar un trago. ¿Te puedo hablar a este mismo número?, ¿no hay problema?.
Paola QSM: (entre risa nerviosa) No hay ningun problema. Para que así ahora sí utilices la tarjeta.
RL: Perfecto.

Me pidio ciertos datos y me dijo que el mensajero la llevaría el día de hoy por la tarde, entre las 2.30 y las 3pm.
Puntual el mensajero llego 2.50pm. Pagué y al abrir el sobre anotado con su letra (no muy bonita que digamos) su nombre (Paola) y su número del celular.

Veamos que pasa.

viernes, julio 27, 2007

El Ron y Yo

Cuando yo era muy pequeño veía como los adultos bebían ron con singular alegría emulando a los bucaneros y corsarios que abrazados entre carcajadas estruendosas y muestras afectivas cantaban sin cesar.
Aprendí que había diversos tipos de ron y que estos varían en tonalidades y que su principal diferencia es que dependiendo del añejamiento sera la borrachera. No era lo mismo tomar unas copas de Bacardí Blanco acompañando una carne asada en el parque de Los Veneros que una copa globo donde reposa un trago de Bacardí Solera después de una cena formal en casa con diversos invitados.
En fin, aquel murciélago distintivo me fue acompañando durante toda mi infancia; era señal inequívoca de la llegada de mi padre a casa después de un viaje largo de negocios, cada que lo veía (al murciélago) me anticipaba como los adultos comenzarían a cantar, a reír y a bailar; así fue durante muchos años hasta que nos mudamos a la provincia y entonces ese murciélago se convirtió en algo más que simplemente adultos regocijandose. Se convirtió en una posibilidad.

Cuando comencé a tomar ron, ya en forma; curiosamente nunca fue Bacardí, aquel murciélago solamente era un recuerdo de lo felices que eramos los chiquillos corriendo con un balon en Las Estacas, en Río Frío o en la casa en Cuerna. Yo comencé a tomar Ron Corsario, un ron destilado en las mismísimas entrañas del Diablo; ahora que lo pienso, supongo que la multimencionada bebida era escupida, por todos esos piratas que flotan errantes en las aguas del Caribe, directamente en las botellas de Ron Corsario. No pondremos en evidencia la calidad de dicho caldo, simplemente me conformare con decir que cuando nos excediamos tendíamos a "devolver el estomago" (junto con nuestros sueños y hasta pedazos de nuestra alma) en un color negro como el petróleo.
No podíamos aspirar a más a los 13 y 14 años, cuando con unos cuantos pesos en la bolsa (la botella de litro costaba algo así como N$8.00) entrabamos en la vinatería de la colonia
y nos preparábamos para la libación.
Paso el tiempo y el precio del Ron Corsario subió y pasamos al Ron Contemporáneo que causaba el mismo efecto, nos embriagaba y nos hacía reír y cantar y gozar; ya eramos todos unos Bucaneros navegando por los siete mares (o los siete infiernos con la cruda de unas horas después, no lo recuerdo). En esos tiempos (95 o algo así) una botella de litro nos tardaba en acabarse varias risas, muchos litros de refresco y muchos, muchos muchachitos (más o menos de 6 en adelante) y aún así los resultados eran desastrosos; comíamos las hojas de eucalipto para que no nos descrubrieran el aroma fuerte y penetrante del ron, nos inducíamos en ocasiones el vomito y muchas otras técnicas con tal de no ser descubiertos y mantener intacto nuestro nuevo adquirido vicio.

De esos tiempos ya han pasado más de 10 años, y en algún momento del camino fue que por fin comencé a tomar Bacardí Blanco. Primero de 3/4, luego de 1lt. hasta que un día, entre asombro y miedo comenzamos a comprar "Patas". Probamos Añejo, Solera, Razz, Limón, 101º, Coco, Gran Barman (¿se acuerdan?), Silver, Ciclón, etc., hemos visto como ha cambiado la botella, la etiqueta, el precio ha subido, los tiempos han cambiado y los chamacos beben más pretenciosamente, hemos perdido neuronas y vemos como se van consumiendo esas botellas.

Al día de hoy he podido tomar muchos rones; de muchos colores, sabores, países, añejamientos. Los he maridado y hasta alguna vez hice un flameo con Baraima (NO HACER ESTO NUNCA, EL SABOR ES HORRIPILANTE).

Me gusta el ron y me fascina la facilidad de combinación del mismo. Todavía nos seguimos poniendo como Bucaneros, cantando y bailando, riendo y gozando... a fin de cuentas es el espíritu del Caribe. Recomiendo tomar Blanco con refresco del Valle, esa es una combinación ganadora.

martes, julio 24, 2007

Le Gourmand visite La Cantina

Cantina de esas por la que han pasado múltiples generaciones, el Portalito de Santiago ha visto pasar modas, mundiales, depresiones económicas y un sin fin de eventos más. Es de esos lugares que no importa lo que pase alrededor, siempre estará abierto para todo aquel que busque ahogar una pena, compartir una acalorada charla de política acompañado de un ron o simplemente degustar una cerveza fría mientras esperan laven su auto.
El Portalito, para los cuates; ostenta en su barra una placa conmemorativa del 475 aniversario de la ciudad, signo inequívoco de la longevidad del mismo.

Honestamente su menú es bastante malo, cambia cada día pero por lo general siempre manejando los platillos de más gusto entre la concurrencia, Tacos de Moronga, Pozole, Costillas de Cerdo en Salsa Verde, Huevos endiablados, etc. son algunos que se pueden degustar. Aquel día probamos algunos de los alimentos y salimos algo golpeados del estomago, es preferible pedir solamente cacahuates.
La cerveza si la tienen bien fría y es de grupo Modelo. La barra sirve jaiboles y algunos cócteles sin pretensiones; es decir, nunca encontraras un martini de ningún sabor ni Perlas Negras, solamente lo clásico: Bloody Mary, Bullshot, Tonic por mencionar algunos.
Esta dividido en tres secciones. La más nueva que maneja un ambiente tipo familiar, la "terraza" que es preferida
por las parejas y los nuevos visitantes y la hardcore donde los habituales se concentran y beben pegados a la barra o en las mesas.
El detalle que más me agrada es el del baño, una demostración de como es que fue creciendo este lugar y obviamente no hubo intervención alguna de un arquitecto o diseñador. Esta última área esta como olvidada, chance es para darle un toque de nostalgia o de inmundicia, ustedes dirán.
Para ver deportes no lo recomiendo, tiene un par de teles muy pequeñas por eso es que el lugar se presta más a la disertación y el juego del domino.

miércoles, julio 18, 2007

Le Gourmand

Bienvenus tous à cette nouvelle section
donde hablaremos de comida y bebida, haremos referencias de restaurantes, lounges, bistros, parrillas, mercados, changarros... toda una experiencia delicatessen.

Una sinfonía de sabor perfectamente emplatada.
El menú lo anuncia como "Tacos Moros" y la descripción que sucede al nombre del plato nunca me revelo lo que estaba a punto de experimentar por más que imaginaba los ingredientes mezclados.

Después de unos minutos de espera, llego un plato cuadrangular color blanco al más puro estilo minimalista. En su interior reposaban cinco pedazos de un queso de cabra perfectamente circulares, a un lado una vasta porción de hinojo frito y por último cinco tortillitas de harina apenas unos 3 cm. más de diámetro que los pedazos de queso.
Para acompañar los tacos se sirve un aderezo de chile morita dulce. También te pueden dar una salsa Chimichurri que en mi opinión rompe con el delicado sabor del hinojo debido a la alta concentración de vinagre de la arriba mencionada.
El platillo es magnifico; los ingredientes se acompañan y se complementan en cada bocado; tenemos el gusto fuerte y la textura cremosa del queso de cabra fusionandose con un crujiente hinojo. El detalle del aroma es completado con el aderezo de chile morita que estoy seguro se macera en piloncillo.

Para maridar recomendaría un Sauvignon Blanc o un Riesling, por su cuerpo ligero y su carácter frutal (no todos necesariamente). Yo acompañe con coca light y no más no.

domingo, julio 15, 2007

La Cerveza y Yo

... "una cerveza nunca sabe igual que otra. Tomar una cerveza
a las ocho de la mañana, es totalmente diferente de tomarla
a las ocho de la noche.
El sabor primero es el de la frescura que tiene que ver con la vida.
Cuando hay un ambiente opresivo y denso, y sientes que te asfixias,
abres una ventana para respirar aire fresco; la cerveza es
el exacto equivalente al aire fresco.
Hay momentos en que sólo la cerveza te vuelve a la vida, porque da
esa sensación de frescura para poder sobrevivir a ciertas cosas."...

Ignacio Solares
A la cerveza la conocí de muy chiquillo; yo creo que todos pasamos por lo mismo. Somos iniciados por nuestros parientes que en las comidas familiares o días de campo nos dan pequeños sorbos de este magnifico trago preparado desde los inicios de la historia. Recuerdo que no era de mi agrado por su sabor amargo y en la actualidad he visto a los niños pequeños hacer esa cara fruncida al tomar un trago de deliciosa cerveza, igual a la que yo hacía. Los veo y entre sorbos de mi propia cerveza me río porque se que ellos dentro de unos años estarán tomando cerveza como paliativo.
La que más me gusta es la Negra Modelo, es fuerte, pesada y tiene notas dulces al final del trago, aunque no es una cerveza que puedas disfrutar en todo momento. Hay cervezas que acompañan mejor un gol o un touchdown, hay otras que sirven para encaminar una conversación más profunda. No me imagino curándome una cruda con una Guinness o una Unibroue como la Maudite o una Gouden Carolus porque son cervezas pesadas y que no deben estar muy frías para poder percibir su aroma y sabor, para esos casos utilizo cervezas lager o claras (Corona, Modelo, Sol, Heineken, Tecate) que permiten una menor temperatura y que causaran esa frescura de la que habla el señor Solares. La cerveza es muy noble por que puede mezclarse perfectamente con otro tipo de bebidas (como chaisser para un buen trago de tequila añejo por ejemplo). Yo he escuchado gente decir que la cerveza es de nacos, lo que habla de una total carencia de cultura por parte de aquellas personas ya que gente como Chesterton halagan el multimencionado trago.
La cruda de una borrachera cervecera es peligrosa, tiende a doler mucho la cabeza. Ya nunca me ha pasado eso, pero lo recuerdo bien porque alguna vez me tome todo un cartón de caguamas.

No se puede concebir una curada de cruda fulminante ni el comienzo de una orgía etílica sin una ronda de cerveza. Es la antesala de una secuencia de tragos. No hay duda.
"You can't have a Real Country unless you have a BEER and an airline - it helps if you have some kind of a football team, or some nuclear weapons, but at the very least you need a BEER." ~ Frank Zappa

lunes, julio 09, 2007

El Cognac y Yo

El estupor causado por una buena borrachera de Cognac es una cosa muy peculiar. Sobretodo por el gusto que deja a madera y canela, Maravilloso!!!. Así es como me despertaba en diversas ocasiones (con ese estupor y gusto); sentado en la sala, todavía con la ropa del día anterior y con el brazo derecho apoyado en el descanso del sillon tocando levemente con alguno de mis dedos mi copa vacía de cognac. Siempre al despertar solía meter la nariz y buscaba el buqué que quedaba atrapado. Vainilla y canela es lo que más percibo.

Ya tiene más de dos años que no he tomado tanto cognac, solo una copa ocasional como digestivo siempre acompañado de un buen espresso.

Pero en ese entonces, cuando trabajaba en el Restaurante siempre, en cuanto llegaba en la madrugada y antes de dormir me tomaba 2 ó 3, ó en ocasiones más; todo dependiendo de la intensidad de la jornada, copas de cognac. Primero lo cataba con el olfato y buscaba separar los diversos aromas, después le daba un buen trago para impregnar toda la boca, lo paseaba entre los dientes y con la lengua lo frotaba en las encías. Después de eso me sentaba en la obscuridad y lo tomaba lentamente recordando lo que hubiera que recordar o solo bebiéndolo con los ojos cerrados y dejandome llevar por el sabor. Me servía en repetidas ocasiones así hasta quedarme dormido.

El que más me gusta es el Hennessy V.S.O.P. Privilège y aunque he tomado de diversas casas y de diversos precios este siempre ha sido mi predilecto. Todo por su sabor porque hay otros como el Premier Cru X.O. de Remy Martin que a mi gusto es demasiado fuerte. El V.S.O.P. de Martell se me hace también algo seco y así sucesivamente. Aunque una vez probé Paradis Extra, ese si fue como un beso de ángeles. Me gusta tomarlo derecho porque de esa manera no pierdo ningún detalle de su sabor. Acompañado con un chaisser de soda ó café dependerá de la hora del día.
Mucha gente hace mucho aspaviento respecto al cognac. Que si es muy caro, que si las copas, que si es de alcurnia, que si la etiqueta y demás loqueras que se les ocurren. El Cognac si es caro aquí en México y sí representa otra fase pero en Francia hay tantos hasta para echar pa´rriba; además, honestamente igual te lo puedes beber en una copa WMF que en un pepsilindro o directamente de la botella mientras vas manejando. El chiste es beberlo.
La mejor forma en la que lo he bebido fue en el cuerpo de una mujer mientras ella se lo vertía lentamente por el busto. Que verdadera delicia aunque hay que ser raudo con la lengua para no desperdiciar mucho.

Este es mi diploma que me acredita como conocedor de Casa Martell. Se me extendió debido a un curso al que fui donde todo el chiste era beber y beber cognac desde las 10am mientras aprendíamos más del proceso del mismo.

martes, julio 03, 2007

Dia 16

Mi primer pensamiento del día fue aquella ocasión en la que probé por vez primera el Aqua d´Or de Bodegas Torres. Lo degustaba recargado en la barra del 7 Pecados mientras en pequeños sorbos me iban explicando el proceso de destilación de este delicioso vino de postre. Todo se agolpo en mi mente; el bouquet, el gusto, el color. Pude por ese breve instante sentir como se me humedecían los labios al empinar levemente la copa.
El resto del día no es distinto y me veo entre recuerdos y anhelos, tomando diversos espíritus; en copas globo, flautas, en higball y old fashion, frozen, sin hielos, con jugos, derechos, acompañado, con una buena platica, con una canción, bañandome, antes de dormir, o para maridar un plato.
Me alejo, o al menos eso pretendo, de esos pensamientos viendo el calendario cada vez y contando los días. Como eso no funciona pienso en los beneficios de la abstinencia y en el objetivo primario.
...
...
...
NADA.
...
...
...
Considero como opción la cerveza sin alcohol pero me detengo y lo pienso dos veces. No se como demonios pero ya estoy metido en una tienda y ahí enfrente de mí están. Lights, cero, obscuras, ámbar, claras, en lata, retornables y no retornables. Al lado vodkas, ginebras, vinos.
Un sorbo, eso es todo lo que necesito, no más. Un solo sorbo que me recuerde su sabor, su aroma.
Meto la mano a mi bolsillo y sin ver cuento, no hay problema es suficiente.
Han pasado un par de minutos, tal vez cinco y sigo frente al refrigerador, acerco la mano izquierda a la manija y a medida que la alcanzo puedo sentir el frió atraves del vidrio. Lentamente abro la puerta y doy un paso hacia adelante, De esos pasos pequeños y tímidos como los que se dan en la primaria al hacer fila para las ceremonias. Escucho el trabajar del motor y como los envases chocan y tintinean.

Tomo una clara y una obscura, no retornables.
Azoto la puerta y casi dando tumbos atravieso el establecimiento.
Dejo el dinero sobre el mostrador y casi corriendo con las botellas en las manos salgo del lugar. A lo lejos escucho al tendero decir algo de un cambio; no me importa.

Estoy exaltado y ansioso,

muy torpemente abro la botella de cerveza clara y bebo a grandes sorbos,
puedo sentir como se sale por las comisuras de mi boca y
se escurre por la mandíbula hasta el cuello.
Todavía no la termino y abro la obscura,
aún con cerveza clara en la boca tomo de la obscura.
Cierro los ojos y me dejo llevar por la magnifica sensación que me envuelve en ese instante.
El frió que recorre mi garganta hasta llegar al estomago,
los restos de cerveza escurriendo por mi maxilar hacia mi pecho,
el sabor,
el aroma.
Abro los ojos y veo a la distancia a una señora que me observa entre asqueada y curiosa. No me importa estar casi en medio de la calle y que los automovilistas me griten, disfruto ese instante como si todo se hubiera detenido.
Limpio con el puño de la camisa mi boca y comienzo a caminar mientras me termino ambas cervezas.
Camino lo suficiente hasta encontrar un OXXO y compro más cerveza; analizo la distancia del próximo (OXXO) y decido comprar tres.
Hago dos escalas más hasta llegar a mi casa. Compre Skyy, UDL, Cubaraima y Presidencola. Todos me los bebí antes de llegar sin un peso a casa.
... estoy borracho y me quedo dormido en la sala con la tv encendida ......................
...
...
...
...
...
...
regreso a la tienda; sigo ahí con la mano en la manija. La puerta esta cerrada pero siento el frió atraves del vidrio. Sonrió y me doy la vuelta. Camino lentamente y miro a los ojos al tendero.
Un día mas de sobriedad.
Miro al cielo y el sol brilla a pesar de estar nublado. Brilla intensamente y brilla para mí.

lunes, julio 02, 2007

La Ginebra y Yo

La primera vez que tome Ginebra casi fue la última.
Eran los 90´s y yo cursaba 1ero de secundaria; recuerdo vagamente aquel día, miércoles ó jueves, de alguna manera llego a mis manos una botella de Ginebra, era tosca y con una etiqueta azul. Aquel oso se burlaba silenciosamente de mí mientras leía en la etiqueta, "Oso Negro".

Recuerdo que nos turnamos para probarlo pero no tuvo mucho éxito debido al sabor fuerte y ácido que acompaña a cada trago. Pero yo, siempre entusiasta en la búsqueda de nuevos sabores decidí mezclar la Ginebra con el producto añejado que sucede a la fermentación de la cascara de la piña y el piloncillo, osease "Tepache". Siempre me ha gustado esa bebida y la frescura y sabor ácido con tintes de dulce me transporta a mi infancia.
La medida fue sencilla, Tepache y un buen chorro de Ginebra, cerrar la bolsa y succionar por el popote color azul.
Triste resultado para un graduado de una de las treinta mejores escuelas primarias de la capital.

Lo que sigue puede ser leído en un libro sobre prisioneros de guerra. Escenas
llenas de color y Delirium Tremens. Mi dulce novia Vanessa como puede me lleva a casa y ahí quedo, entre espasmos y agonía. Logro amanecer al día siguiente y prometo no volver a libar aquel caldo pero aún así el aroma del Tepache y el de la Ginebra se quedaron grabados en mi mente causando nauseas y privandome de su infinito sabor.
Tuvieron que pasar diez años para que me armara de valor y tomara nuevamente aquel brebaje perfumado. Fue en sorbos rosados y aroma a canela, entre palabras lascivas y miradas de fuego, fue entre bailes sensuales, lo salado del sudor y los dulces besos de aquella mujer extranjera que gustozo probaba el néctar de las Medias de Seda en una cálida noche de playa.

A aquella diosa sin nombre ya no la recuerdo, ni al sexo que tuvimos pero recuerdo bien la Ginebra con su perfumado aroma y su ácido sabor. Ahora la bebo con singular alegría y miles de sensaciones se encienden en mí.
¿Y tu has bebido Ginebra?