Recuerdo una de las ultimas veces que lo vi; rapado casi al #0, sus manos largas que terminaban en dedos delgados, su cuerpo también delgado y largo como una espiga de trigo sin vestigios de musculatura alguna, su rostro que ya había perdido su brillo y sus ojos grandes y expresivos que en esta ocasión expresaban solamente miedo a pesar de que sus palabras y parte de su lenguaje corporal exudaban ó al menos lo intentaban; confianza.
Esbozaba una tímida sonrisa mientras burlonamente nos mofábamos de la muerte, JA!! que humor más negro el que compartiamos; pero yo lo sabía y no me lo creía, toda esa historia, esa retórica respectiva a su salud, siempre supe que era cuestión de tiempo, que no habría milagros médicos ni terrenales finales felices.
Ese fatídico día, cuando me encontraba escondido en la penumbra de la capilla todas y cada una de mis plegarías al Señor Jesús, al Espíritu Santo, a Dios rogaban entre quejidos y llantos que se lo llevaran, que lo dejaran descansar, que acabaran con su sufrimiento, con su dolor, con su terror, que lo elevaran gloriosamente entre coros celestiales, entre nubes y campos llenos de maravillosas flores perfumadas, que lo inmortalizaran, que terminaran su agonía... SI, ASÍ ES!! NUNCA PEDÍ IMPOSIBLES!!!, solo pedí por su paz, por su eterno descanso, por su ahora alcanzada gloria eterna.
Ahora nosotros somos los agónicos, los que sufrimos su perdida física que claro, es la que recentimos puesto que al encontrarnos en este plano anteponemos el contacto, el roce, el toque a todo lo demás. Nosotros somos los agónicos porque caminamos por las rutas que él lo hacía, estudiamos donde él lo hacía, visitamos lugares que él conocía, seguimos disfrutando las cosas que él disfruto. Somos los agónicos porque su presencia física nos persigue ¿pero de que nos hubiera servido que nos lo dejaran aquí en la tierra?¿en la calle 21?¿de qué?. Ya no hubiera sido él, aquel que nos colmo de amistad, de risas, de regocijo; ya no hubiera sido el amigo, el bro, el amante, el abogado, el malacopa, nada de lo que era hubiera sido; pregunto nuevamente ¿de que nos hubiera servido el tenerlo 10 hrs. más? ó ¿un día? ó ¿una semana? ó ¿un mes? ó ¿años? AHHH!!! a nosotros, los que estamos aquí, a nosotros los que estamos solos, a los que envidiosamente nos quejamos al cielo por su partida nos hubiera servido de mucho... y de nada al mismo tiempo porque nuestro pequeño gozo a él le hubiera traído más dolor; ¿o qué?, en serio pensamos que con un poco de tiempo extra podemos hacer todo aquello que por pereza, que por costumbre no hicimos antes, creemos poder sentirnos perdonados ó perdonar ó ir al cine ó pagar una apuesta ó dar un abrazo más ó visitar todos esos lugares que soñamos juntos ó que podremos decir cuanto amor y respeto sentimos un par de ocasiones más y de esa manera habremos llenado el vació que dejamos ó tenemos.
Hablo como él que perdió a un hermano, nunca podría compensar todo lo que no hice por él y con él y viceversa. Con algo más de tiempo, ¿realmente hubiéramos sido mejores amigos, personas, humanos?.
Solo era cuestión de tiempo y nuestro gozo se hubiera extinguido, mientras que a él, el haberlo mantenido aquí hubiera sido un martirio, un calvario.
En tres días habrá pasado un mes, muchas horas y pensamientos; seguramente hay quien ya lo olvido y no esta mal, simplemente no será alguien que fue tocado por él.
Su partida, para los que lo amamos fue como si nos arrancaran el corazón y nos lo regresaran más pequeño ó sin un pedazo ó simplemente se lo llevaran de nuestras entrañas; no pienso y no puedo llenar ese vacío físico con nuevos conocidos, él es irreemplazable así como cada uno de nosotros. Me dejó de herencia maravillosos amigos, mujeres y hombres; y no pienso perderlos sin luchar, sin darme la oportunidad de conocerlos y de que me conozcan; algunos se irán y otros los conservare eso es seguro y me empeñare a que sea por lo que somos en vida que nos mantengamos juntos y no por su partida.
El día que escribí esto caminaba por donde él lo hacía, miles de veces lo hicimos juntos, al pasar por la 21 volteé la cabeza y vi a su mamí, me acerque a saludarla y entre muchas cosas que dijimos, ella pronuncio:
"... ha pasado tan poco tiempo y ha sido tan largo ..."
sus palabras me dejaron helado, ¿cuanto tiempo nos queda de existencia?, el tiempo pasa volando y no nos damos la oportunidad de apreciarlo, de expresarnos, ¿cuanto tiempo nos quedará antes de reunirnos con él?.
Solo espero que el suficiente para amarlos, conocerlos y para partir con un corazón que sin un pedazo sea aún más fuerte, más grande... alimentado por ustedes.
Esbozaba una tímida sonrisa mientras burlonamente nos mofábamos de la muerte, JA!! que humor más negro el que compartiamos; pero yo lo sabía y no me lo creía, toda esa historia, esa retórica respectiva a su salud, siempre supe que era cuestión de tiempo, que no habría milagros médicos ni terrenales finales felices.
Ese fatídico día, cuando me encontraba escondido en la penumbra de la capilla todas y cada una de mis plegarías al Señor Jesús, al Espíritu Santo, a Dios rogaban entre quejidos y llantos que se lo llevaran, que lo dejaran descansar, que acabaran con su sufrimiento, con su dolor, con su terror, que lo elevaran gloriosamente entre coros celestiales, entre nubes y campos llenos de maravillosas flores perfumadas, que lo inmortalizaran, que terminaran su agonía... SI, ASÍ ES!! NUNCA PEDÍ IMPOSIBLES!!!, solo pedí por su paz, por su eterno descanso, por su ahora alcanzada gloria eterna.
Ahora nosotros somos los agónicos, los que sufrimos su perdida física que claro, es la que recentimos puesto que al encontrarnos en este plano anteponemos el contacto, el roce, el toque a todo lo demás. Nosotros somos los agónicos porque caminamos por las rutas que él lo hacía, estudiamos donde él lo hacía, visitamos lugares que él conocía, seguimos disfrutando las cosas que él disfruto. Somos los agónicos porque su presencia física nos persigue ¿pero de que nos hubiera servido que nos lo dejaran aquí en la tierra?¿en la calle 21?¿de qué?. Ya no hubiera sido él, aquel que nos colmo de amistad, de risas, de regocijo; ya no hubiera sido el amigo, el bro, el amante, el abogado, el malacopa, nada de lo que era hubiera sido; pregunto nuevamente ¿de que nos hubiera servido el tenerlo 10 hrs. más? ó ¿un día? ó ¿una semana? ó ¿un mes? ó ¿años? AHHH!!! a nosotros, los que estamos aquí, a nosotros los que estamos solos, a los que envidiosamente nos quejamos al cielo por su partida nos hubiera servido de mucho... y de nada al mismo tiempo porque nuestro pequeño gozo a él le hubiera traído más dolor; ¿o qué?, en serio pensamos que con un poco de tiempo extra podemos hacer todo aquello que por pereza, que por costumbre no hicimos antes, creemos poder sentirnos perdonados ó perdonar ó ir al cine ó pagar una apuesta ó dar un abrazo más ó visitar todos esos lugares que soñamos juntos ó que podremos decir cuanto amor y respeto sentimos un par de ocasiones más y de esa manera habremos llenado el vació que dejamos ó tenemos.
Hablo como él que perdió a un hermano, nunca podría compensar todo lo que no hice por él y con él y viceversa. Con algo más de tiempo, ¿realmente hubiéramos sido mejores amigos, personas, humanos?.
Solo era cuestión de tiempo y nuestro gozo se hubiera extinguido, mientras que a él, el haberlo mantenido aquí hubiera sido un martirio, un calvario.
En tres días habrá pasado un mes, muchas horas y pensamientos; seguramente hay quien ya lo olvido y no esta mal, simplemente no será alguien que fue tocado por él.
Su partida, para los que lo amamos fue como si nos arrancaran el corazón y nos lo regresaran más pequeño ó sin un pedazo ó simplemente se lo llevaran de nuestras entrañas; no pienso y no puedo llenar ese vacío físico con nuevos conocidos, él es irreemplazable así como cada uno de nosotros. Me dejó de herencia maravillosos amigos, mujeres y hombres; y no pienso perderlos sin luchar, sin darme la oportunidad de conocerlos y de que me conozcan; algunos se irán y otros los conservare eso es seguro y me empeñare a que sea por lo que somos en vida que nos mantengamos juntos y no por su partida.
El día que escribí esto caminaba por donde él lo hacía, miles de veces lo hicimos juntos, al pasar por la 21 volteé la cabeza y vi a su mamí, me acerque a saludarla y entre muchas cosas que dijimos, ella pronuncio:
"... ha pasado tan poco tiempo y ha sido tan largo ..."
sus palabras me dejaron helado, ¿cuanto tiempo nos queda de existencia?, el tiempo pasa volando y no nos damos la oportunidad de apreciarlo, de expresarnos, ¿cuanto tiempo nos quedará antes de reunirnos con él?.
Solo espero que el suficiente para amarlos, conocerlos y para partir con un corazón que sin un pedazo sea aún más fuerte, más grande... alimentado por ustedes.
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