Yo he bebido Champagne, he tenido la oportunidad de comer caviar, he combinado tragos con licores que cuestan lo mismo que una semana de trabajo en dinero. He tenido una educación privilegiada, dormido con mujeres que solo en sueños se imagina uno, pateado gente con zapatos carisimos y sin embargo no soy más que un indigente.
¿A que viene esta reflexion? Bueno, permiteme narrarte una historia...
Era una tarde de esas nubladas y lluviosas a las que estamos acostumbrados en la siempre maravillosa Angelopolis. El día era especial por dos cosas: la partida a tierras del viejo continente de Tatiana y el simple hecho de estar vivo. El viento soplaba fuertemente atrayendo los negros nubarrones en el horizonte, se podía olfatear que se acercaba una lluvia de esas que se llevan los pecados y los malos pensamientos directamente a las coladeras. Caminaba apresuradamente solamente cubierto por mi sombrilla esperando que esta me mantuviera lo más seco posible.
Las calles no estaban desoladas como en otras ocasiones, los niños corrian alegremente por los jardines y una que otra pareja se juraba amor eterno bajo el pobre resguardo de los arboles.
Llegue finalmente a casa de Tatiana pero justo en ese momento pude divisar como su automovil azul eléctrico se perdía velozmente por la calle 10; supuse que estaría haciendo alguna compra de pánico, de esas de último momento que causan que perdamos el avión. Decidí esperar por la cancha de soccer resguardado en aquella rusticamente improvisada banca. Ya no hacía falta tener la sombrilla abierta puesto que la lluvia había pasado y de nuevo las calles se veían inundadas por cuerpos diversos deambulando.
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15 min y no había regresado, decidí hacer llamadas teléfonicas
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25 min y nada
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comencé a pensar que talvez ya se había ido pero aún así no me anime a tocar a su puerta ni mucho menos a marcar a su teléfono
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espere
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esperé y esperé
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en eso, giro lentamente la cabeza a mi izquierda y ahí como un angel, flotando, aparecieron
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eran unos de esos churritos espolvoreados con chilito, casi intactos, practicamente virgenes.
Entre risas los tome e inspeccione un poco la bolsa...
YUMMIIEEEE!!!! Nada como una botana gratis mientras esperas eh!!. Al final resulto que Tatiana estaba en su casa, ella no era la que se fue en el auto, pero de haber tocado en su puerta yo me hubiera perdido esos churritos.
MORALEJA: SIEMPRE CARGUEN SALSA BOTANERA Y UN PAR DE LIMONES EN SUS BOLSAS.
3 comentarios:
Que wey eres...
y aparte de los limones y la salsa porque no ya mejor pones tu carrito en frente de casa de tatz a las afueras del parque y vendes churritos... asi te los comes y nos vendes pa que saques pa las chelas jaja!!!
El dia que te encuentres una vieja espolvoreada con chilito practicamente virgen tirada en una banca, devuelvemela cabron.
(No quiero nada de "y saaabes cual...") por que hare caso omiso y reportare sus injurias al tribunal colegiado de delfines.
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